¿Qué te parece? ¿es un regalo vivir con un gato? si tu gato entra en el estándar de cariñoso, no la lía mucho y no tiene ningún problema de comportamiento, tu respuesta seguro es que sí. Sin dudarlo jeje!!
Pero, y que pasa cuando mi gato no es lo cariñoso que yo quiero, o cuando me muerde al acariciarle. O si se hace pis fuera del arenero. En esos casos no lo vemos tan claro verdad? Y con esto no quiero decir que no le quieras eh?? ni mucho menos. Pero si hay veces que nos planteamos por qué me habrá tocado a mi, ¿verdad?
Créeme que te entiendo, y muy bien. Ellos son capaces de ponernos al límite, de llevarnos al precipicio y esperar. Esperar a ver que hacemos, a ver si nos damos la vuelta y seguimos aguantando o a ver si nos decidimos a saltar y a confiar en nosotr@s y en la vida. Así lo siento yo. Y uffff…cuesta. Lo sé.
Y cuesta más porque muchas veces nos enredamos en el «no entiendo que pasa». O en el «no sé que hago mal«, «no sé que hacer para que nuestra relación sea normal», o para «que deje de hacer aquello que me molesta»… Y nos embrollamos ahí. No salimos de ahí. No sabemos hacerlo ¿verdad?
Creo que me entiendes, pero para verlo más claro te voy a poner un ejemplo que últimamente me ronda mucho. Mi gato se hace pis fuera del arenero desde hace tiempo y no sé que sucede. He probado de todo, he ido al veterinario varias veces. He añadido otro arenero, he cambiado de arena. Incluso he llegado a rociarle con un spray de agua cuando le visto haciéndolo. En casa hemos ido cerrando puertas y ahora ya estamos en el punto en el que no le dejamos salir de la cocina para que no mee por casa.
La verdad es que espero que esto no te suene, pero sí creo que es un buen ejemplo para ver hasta donde nos llevan. Para ver el precipicio del que os hablaba. Y es ahí donde yo decido si quiero seguir viviendo con las puertas cerradas o quiero pedir ayuda e indagar en lo que sucede. Para poder plantearme las cosas de otra forma y trabajarlas desde la responsabilidad, que no la culpa.
Y aún así, una vez que decidimos escuchar y trabajar lo que nos están intentando decir las cosas no siempre son tan fáciles como pensábamos. Y es que salir de nuestra rutina y de nuestra zona de confort nos cuesta verdad???
Te propongo otro planteamiento
Es ahí donde te voy a proponer otro planteamiento. Uno que te ayude a gestionar esos embrollos en los que nos metemos y de los que no sabemos salir. A ver que te parece. Porque escuchar hemos escuchado lo que ellos nos estaban diciendo, otra cosa es que nos pongamos a ello sin liarnos y sin perdernos.
La idea es verlo desde fuera. Pararme, salir de mi cuerpo y observarlo, sin intentar entender. O si prefieres y te resulta más fácil coger el embrollo y ponerlo a tu lado, sin meterte dentro de él.
Tal y como suena, imagínate saliendo de tu cuerpo y viendo el embrollo desde arriba, o cogiendo una bola con el lío y colócala a tu lado. Atiéndelo, míralo pero sin preocuparte, ni agobiarte.
Una vez que lo estas viendo y aceptando este se va diluyendo, tarde el tiempo que tarde tu mantenlo ahí.
Es cuando nos metemos en él cuando se hace grande, a veces tan grande que no sabemos como manejarlo. Cuando intentamos entender, analizar, saber el porqué…nos liamos y ya no sabemos salir de ahí. ¿entiendes lo que te digo?
Así que veámoslo desde fuera, sin meternos dentro. Y como sé que esto tampoco es fácil y nos va a costar, sobretodo al principio. También te digo que no pasa nada si te das cuenta de que te has liado y estas dentro del embrollo de nuevo. Sin atender a nada ni a nadie. Dando vueltas y sin saber por donde salir. Está bien, te has dado cuenta de ello. Eso es lo importante. Así que sólo tienes que volver a empezar. Párate, sal de cuerpo y observa. O cógelo y colócalo a tu lado.
Poco a poco esto formará parte de tu rutina y te ayudará a ver el mundo con otros ojos, Con ojos de gato.
Con ojos de gato
Los gatos nos acompañan, cuidan, miman, alegran…y eso es un regalo pero el que nos ayuden a mirar allí donde más nos cuesta, en nuestro interior, es el regalo de vivir con un gato.
Para terminar me gustaría añadir que ellos no están aquí para servirnos ni para mostrarnos nuestro interior, sino para vivir sus propias vidas y sus propias experiencias. De forma que aprovechemos esa vida que comparten a nuestro lado y los regalos que nos hacen.
Artículo bajo licencia de Creative Commons