Las Esencias florales son una terapia vibracional que ayuda a restablecer el equilibrio de tu gato, son inocuas, compatibles con cualquier tratamiento y no tienen efectos secundarios.
El Dr. Edward Bach fue un médico inglés que observando a sus pacientes constató que cada paciente tenía reacciones diferentes ante una misma dolencia y que no todos sanaban con el mismo tratamiento, por lo que consideró que no hay enfermedades sino enfermos, y que es a estos últimos a los que hay que tratar, siempre con una medicina suave, sin dolor y benigna. Aprendió que la personalidad del individuo era más importante que el cuerpo para tratar su enfermedad.
Gracias a él podemos utilizar los 38 remedios florales que descubrió entre los años 1928 y 1935 para tratar los estados mentales y emocionales de los pacientes y poder llegar al equilibrio, pues el origen de la enfermedad es un desequilibrio entre el cuerpo y el alma.
Teniendo en cuenta los conocimientos por él transmitidos conocemos la relación entre las emociones y la enfermedad y podemos tratar los desequilibrios de diferentes animales, humanos incluidos.
La respuesta de los animales a las terapias florales es maravillosa, ya que ellos sienten y expresan lo mismo, y lo hacen de una forma más intensa, sin análisis intelectuales y sin miedos.
En el caso de los gatos los denominados “problemas de comportamiento” pueden corresponder a desequilibrios, o a emociones mal gestionadas o no gestionadas, por ello las Esencias florales nos pueden ayudar mucho en estos y otros casos.
Además son un gran apoyo en situaciones de estrés, en adaptaciones a nuevos lugares o cambios en casa, equilibrando situaciones traumáticas, como apoyo en procesos de enfermedad…
Yo trabajo con las Flores de Bach y con algunas de otros sistemas florales como Trembling Light eseences, Esencias Florales del Mediterráneo…
¿Cómo?
Yo utilizo las esencias florales como terapia de apoyo en diferentes procesos, por lo que estas se encuentran incluidas en las consultas.
Si tienes cualquier duda puedes contactar conmigo sin compromiso.
Pingback: Peinar a mi gato, ¿cómo lo hago? y ¿qué peines utilizo?